La sorprendente historia del tenedor: cómo este utensilio cambió nuestra forma de comer

 

 

Sin embargo, al principio el tenedor no fue aceptado universalmente. Muchos lo consideraban un utensilio innecesario y frívolo. De hecho, la Iglesia llegó a prohibirlo por considerarlo un símbolo de vanidad. Pero, con el tiempo, el sentido práctico del tenedor se impuso y se convirtió en un elemento básico en la mesa.

A lo largo de los siglos, el tenedor sufrió numerosos cambios en su diseño. En el siglo XVI se le añadieron púas y en el XVIII evolucionó hasta convertirse en el tenedor de cuatro púas que conocemos hoy.

El tenedor también ha desempeñado un papel decisivo en el desarrollo de nuevos estilos de alimentación, como el uso de utensilios separados para los distintos platos, que ahora es una práctica habitual en muchas culturas.

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